viernes, 10 de mayo de 2024

Cinco formas de fortalecer un vínculo seguro con tu hijo para que sea más feliz

 Los padres y madres deben establecer sobre su hijo unas perspectivas adecuadas que le hagan sentir que confían en él, que le quieren sin condiciones y que le animan a ser valiente

Todos los seres humanos necesitan sentirse queridos y aceptados. Vinculados afectiva y emocionalmente a las personas con las que conviven: que les cuidan, protegen y les muestran a diario su afecto. Un apego que les proporciona bienestar y que es imprescindible para que puedan entender el mundo que les rodea y gestionar adecuadamente las emociones. Este apego se convierte en una zona segura y confortable donde las personas pueden desarrollarse con calma y confianza. Ese lugar donde se siente el amor y el apoyo, donde todas las necesidades básicas quedan cubiertas y las posibles amenazas están controladas. Un espacio cálido donde pueden ser tal y como son sin miedo a ser juzgados.

En el caso de los niños, el apego seguro es la relación que establecen desde el momento de su nacimiento con sus padres o cuidadores de referencia que les ofrecen la seguridad, comprensión y confianza que necesitan para construir una buena autoestima, aprender a relacionarse con los demás y entender un mundo que, a veces, va demasiado deprisa. Todos los niños nacen con un instinto irrefrenable de apegarse a un adulto para le ayude y atienda todo aquello que precisan.

No se debe creer que establecer un apego seguro generará una relación de dependencia entre padres e hijos. Si no todo lo contrario, este apego basado, en la protección y la confianza, potenciará la autonomía del niño a través de la exploración y la creatividad. Cubrir las necesidades no significa que se deba satisfacer todos sus deseos o caprichos o que pueda hacer siempre lo que le apetezca. Este apego le permitirá aprender a responsabilizarse de sus tareas, a tener iniciativa personal y a asumir las consecuencias de sus conductas y actos.

Un adolescente que ha crecido con un apego seguro habitualmente tiene mejor capacidad para aprender, mayor facilidad para adaptarse al entorno, desarrollar sus habilidades sociales y hacer frente a los problemas considerando el error como parte esencial del proceso de aprendizaje. En cambio, si el joven no ha crecido con este tipo de apego se mostrará muy dependiente del adulto, inseguro y tendrá muchas dificultades para tomar decisiones y a todo aquello que siente.

Algunas pautas que los padres puedan utilizar para generar vínculos de afecto y seguridad con sus hijos son:

- Respetar, legitimizar y acompañar desde la empatía todas las emociones que sienten sin cuestionarlas ni etiquetarlas. Enseñando a identificarlas y regularlas correctamente. Acompañando la rabia, el miedo o la frustración con empatía y grandes dosis de comprensión.

- Pasar tiempo de calidad con ellos para poder crear vínculos estables, fomentando así la comunicación asertiva y respetuosa. Mostrar interés por todo aquello que les guste, interese o preocupe compartiendo momentos de juego y tiempo libre. Estos instantes distendidos serán claves para la construcción de un apego sólido que dure en el tiempo.

Explicitar a diario el afecto a través de los abrazos, las caricias, los besos, y  palabras de aliento. Sin condicionar el amor o apoyo en función de los resultados académicos que obtengan o de si el comportamiento es adecuado o no.

- Aceptar a su hijo tal y como es con sus virtudes y defectos, haciéndole saber que sus padres y madres le aman por lo que es y no por lo que hace o consigue. Establecer sobre él unas perspectivas adecuadas que le hagan sentir que confían en él, que le quieren sin condiciones, que le incitan a ser valiente. Mostrar una actitud abierta a escuchar, dialogar y solucionar conflictos desde el respeto.

- Ser adultos coherentes entre lo que se dice y se hace. Establecer y consensuar límites claros y estables estando presentes y disponibles en sus vidas.

Si se quiere que un hijo sea feliz y se desarrolle adecuadamente, este necesita tener a su lado unos progenitores que le acompañen desde el respeto y la comprensión. Que le apoyen cuando las cosas no vayan bien y le animen a esforzarse y trabajar de forma exigente para poder conseguir todo aquello que desee. Como decía el psiquiatra canadiense Eric Berne: “La mirada de una madre o un padre es lo que convierte a un joven en un verdadero triunfador.”

Fuente: https://elpais.com/mamas-papas/expertos/2023-01-27/cinco-formas-de-fortalecer-un-vinculo-seguro-con-tu-hijo-para-que-sea-mas-feliz.html#?rel=mas_sumario

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