domingo, 10 de marzo de 2024

Prevención del consumo de drogas en adolescentes: consejos para padres y madres

 

Pasar tiempo todos los días con nuestros hijos en un contexto sin distracciones permite construir desde la infancia múltiples factores de protección, según los expertos.


Cuando los hijos llegan a la adolescencia los temores se apoderan de los padres: temor a la incomunicación, a la rebeldía propia de la edad, al declive de los resultados académicos, a los cambios de amigos y las consecuentes malas compañías… Y mucha más angustia nos supone la posibilidad de que se interesen por las drogas y las consuman de manera habitual. En efecto, las posibles adicciones dan mucho miedo y los datos de la reciente Encuesta ESTUDES lo avalan. Un 74,1% de los chicos, y un 77,5% de las chicas han consumido alcohol en el último año; mientras que cannabis, un 29,2% y un 25,9% respectivamente. El informe también refiere que la edad media de inicio en estos consumos es de 14 años. Muchos de estos chavales acaban en tratamiento por adicción en torno a los 25, según el Informe europeo sobre drogas 2021: tendencias y desarrollos, elaborado por el European Monitoring Centre for Drugs and Drug Addiction (EMCDDA).

Se sabe, incluso, las preferencias de las sustancias, según género. Aunque en los últimos años ciertos consumos se han homogeneizado, Sergio Fernández-Artamendi, profesor titular del departamento de Psicología de la Universidad Loyola y coautor de Adicciones y salud mental en adolescentes: Dos caras de la misma moneda comenta: “En nuestro estudio hemos observado que los chicos consumen cannabis con más frecuencia, y que tienen más problemas de consumo de alcohol y cannabis que ellas”. En el alcohol, Eulalia Alemany, directora técnica de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, FAD, apunta una curiosidad: ellas se emborrachan más entre los 14 y los 16; y a partir de los 17 la tendencia se invierte y son ellos quienes más beben.

Las chicas también destacan por el consumo de tabaco y de “determinadas sustancias como los hipnosedantes, particularmente elevado —y sigue creciendo— entre ellas, que casi doblan en prevalencia a los chicos”, afirma el profesor de la Universidad Loyola. Y añade: “Otros consumos como el de cocaína son más elevados entre ellos; así como la práctica de juegos de azar y los problemas asociados al juego, que han crecido exponencialmente y son particularmente elevados entre los chicos”.

La prevención comienza en casa


La mayoría de los padres que estén leyendo esto pensarán que su hijo ‘no va a ser de esos’. Ese pequeño encantador y charlatán o esa cría divertida y cariñosa no pueden transformarse en solo unos años en alguien, casi, desconocido para el progenitor. Y es muy probable que sea cierto. Pero nadie está a salvo de una mala adolescencia. Los expertos recomiendan no esperar a que existan problemas para tratar de atajarlos, sino prevenirlos desde la infancia intensificando esfuerzos en la preadolescencia. Fernández-Artamendi aconseja una estrategia muy sencilla y eficaz: “Pasar una hora todos los días con ellos en un contexto sin distracciones (televisión, móviles); por ejemplo, la hora de la cena. Permite construir desde la infancia múltiples factores de protección relacionados con la supervisión parental: una relación de confianza, un mejor apoyo familiar percibido, desarrollo de habilidades sociales… De esta forma, cuando los problemas surjan en la adolescencia, será más fácil detectarlos de forma temprana y la relación establecida hará más fácil poder resolver los problemas de forma efectiva y sin (muchos) conflictos”.

Alemany se refiere a Factores de Protección. “Desde diferentes ámbitos se puede potenciar el desarrollo de este tipo de factores o habilidades para la vida que protegen frente a los consumos”. Se refiere a transmitir valores y actitudes positivas hacia la salud, claro. Pero también a ayudarles a crear su propia personalidad: “Fomentar la capacidad para tomar decisiones, la responsabilidad, enseñar habilidades para combatir la presión de grupo, la presión social hacia los consumos, crear un agradable clima familiar, transmitir un compromiso con la comunidad”. Por otro lado, la directora técnica de la FAD se muestra favorable a dar una información clara y objetiva sobre lo que son las drogas y sus efectos. “Si no lo hacemos por miedo a despertar curiosidades, estaremos fomentando esa curiosidad, y además nos arriesgaremos a que se busque esa información a través de otras fuentes, quizás no lo suficientemente preparadas”, como los amigos, Internet o películas que dan una imagen distorsionada.

Y en caso de que tengamos la intuición o la certeza de que algo está pasando y que se nos está yendo de las manos, hay que actuar y no dejar que el conflicto se cronifique. “Es preferible responder de forma temprana, y que el psicólogo nos dé algunas pautas ‘básicas’, que esperar en exceso. Es frecuente que en la clínica se reciban familias con múltiples problemas con sus hijos/as tras llevar años arrastrando conflictos”. Como en todo, lo difícil es mantener el equilibro: “Es importante tener en cuenta la edad que tienen y que no “patologizar” conductas que por otra parte pueden ser habituales o típicas en adolescentes, al menos en nuestra cultura”, añade Fernández-Artamendi.

Dos caras de la misma moneda

Todo esto hay que manejarlo teniendo en cuenta que en la adolescencia afloran muchos problemas de salud mental. El profesor de la Universidad Loyola afirma que “pueden ser problemas más o menos comunes en adultos, pero pueden enquistarse e incluso agravarse durante la infancia y adolescencia”. Hablamos de síntomas de ansiedad, tristeza, síntomas psicóticos, problemas alimentarios, pensamientos de tipo obsesivo-compulsivo, conductas antisociales.

Pues bien, estas patologías mentales tienen una relación muy estrecha con el consumo de sustancias nocivas. Sergio Fernández-Artamendi “Un chaval joven con ciertos problemas de salud mental tiene más probabilidad de utilizar sustancias o de desarrollar conductas adictivas como forma desadaptativa de lidiar con ese malestar psicológico, y probablemente de derivar en un consumo problemático. De la misma forma, el consumo de sustancias y las conductas adictivas pueden generar pensamientos, emociones y consecuencias psicosociales negativas que deriven en problemas de salud mental como ansiedad, depresión, etc. A menudo, esta relación es interactiva”. O de “influencia mutua”, como dice Eulalia Alemany.

La Directora Técnica de la FAD hace hincapié en “el consumo extendido y normalizado del cannabis en la población adolescente”. Esta sustancia puede suponer “trastornos mentales psicóticos, aunque parece que para que se den tiene que haber cierta predisposición genética en la persona”. En cualquier caso, “algunos expertos indican que la mayoría de los ingresos de adolescentes por trastornos psicóticos tienen asociado un consumo de cannabis”. Siempre teniendo en cuenta que la relación causa-efecto no está demostrada.

En parte se puede decir que es un poco como el dilema del huevo y la gallina. No siempre es fácil saber qué empieza antes. Pero sí que “todos los consumos de drogas pueden desencadenar un trastorno mental o agravar uno ya preexistente”, confirma Alemany. Es decir, hay que estar atento a si los chicos consumen. Pero también a si tienen algún tipo de problema de salud mental previo.


https://elpais.com/mamas-papas/2021-06-30/prevencion-del-consumo-de-drogas-en-adolescentes-consejos-para-padres-y-madres.html#?rel=mas


Herramientas para mantener conversaciones sinceras y amables pero difíciles con los hijos

 

La sexualidad, el consumo de drogas o la salud mental son muchas veces charlas complicadas para tratar con niños o adolescentes. Informarse bien, crear un ambiente emocional adecuado o fomentar que confíen en sus padres o madres es necesario para afrontar temas que muchas veces son tabú en casa.


Durante la crianza resulta inevitable entablar ciertas conversaciones con los padres y madres. Abordar temas como la sexualidad, el consumo de drogas o la salud mental no deben ser considerados un problema. Hablar de ello es totalmente necesario y saber manejar la conversación es una parte importante de la educación. Los expertos coinciden en la necesidad de tener una comunicación abierta, respondiendo a las preguntas de los menores con sinceridad, adaptando la información a sus necesidades e intereses y manteniendo la puerta abierta para charlas futuras.

Víctor Blanco Pérez, responsable de los planes municipales sobre drogas y coordinador de la estrategia de promoción para la salud y prevención en el ayuntamiento de Arganda de Rey, manifiesta que ante un fenómeno tan complejo como el consumo de drogas ha de intervenirse desde diferentes ámbitos. “Desde el familiar, se deben poner en marcha estrategias de afrontamiento que han de girar en torno a dos variables relacionadas con la crianza, como son el control y la afectividad”. Según explica el experto, se consigue el control a través de normas claras y la afectividad —el conjunto de sentimientos y emociones de un individuo, así como el carácter que asume un determinado estado psíquico— como base de las relaciones en el hogar. “Y ambas han de ponerse en práctica desde el inicio de la crianza, es decir, a edades muy tempranas”, prosigue, “la prevención del consumo de drogas desde este ámbito está más relacionada con esto que con la mera transmisión de conocimientos e información con respecto a las consecuencias que puede tener ingerir sustancias tóxicas en el desarrollo de nuestros menores”.

Blanco explica también que los padres y madres deben ser modelos de conducta. “Las conversaciones sobre consumo de drogas han de abordarse desde posiciones no alarmistas ni moralistas y habiéndose documentado bien con información basada en la evidencia en relación con estas sustancias”.

La sexualidad es otro de los temas que a las familias les suele costar más afrontar a la hora de mantener una conversación. Raquel Hurtado, psicóloga y sexóloga de Sedra (Federación de Planificación Familiar), considera que las familias aportan algo que ningún profesional puede: “Ofrecen un marco de actitudes y valores, responden a las primeras preguntas y tienen la posibilidad de nutrir la autoestima de sus hijos”.

Hurtado ofrece algunas claves para abordar una conversación sobre sexo con niños y adolescentes:

  • No se trata de todo o nada. Algunas familias piensan en la conversación sobre sexualidad como una cuestión de ahora o nunca. Esa educación sexual corta solo lleva a lo que normalmente se ha llamado la charla: dos minutos de conversación para decirle a los hijos que se pongan el preservativo o que tengan cuidado.
  • La educación sexual en familia se construye día a día. Una serie, una película, una canción, un comentario... puede ayudarnos para preguntar a los menores: “¿Tú qué piensas?”, “¿Qué harías en esta situación?”. Para utilizar lo cotidiano es importante que se dejen de juzgar o criminalizar los referentes de las personas jóvenes.
  • Desde el principio, sin posponerlo hasta la adolescencia. Tenemos sexualidad desde el nacimiento, y desde ese momento se puede educar la sexualidad. Esto se consigue conociendo y nombrando el cuerpo, ayudando a identificar y comunicar lo que les gusta y lo que no, entrenando habilidades interpersonales y de comunicación que se van a poner en juego en las relaciones o ayudando a gestionar las emociones.
  • La sexualidad no son las relaciones sexuales. Es una esfera más amplia que incluye la identidad, la autoestima, el cuerpo, los deseos o las relaciones, entre otros.
  • La educación sexual tiene que ser vinculada con la respuesta a las interrogantes que formulan los menores. Para lograr tal objetivo, resulta fundamental disponer de información y comprender lo que se pretende, siempre adaptándolos a sus necesidades y habilidades. Para ello, es interesante hacer preguntas del tipo: “¿Por qué quieres saberlo?,” “¿Dónde lo has escuchado?”, o “¿Qué has oído sobre esto?”. Eso ayuda a conocer lo que ya saben y a dar respuestas ajustadas a lo que necesitan.
  • Hay niños que no preguntan. No se les puede obligar a que cuenten sus cosas; pero los padres y madres sí que pueden ir lanzando ideas, haciendo comentarios, expresando opiniones y, sobre todo, dejando claro que su puerta está abierta para lo que necesiten, si en algún momento surge una dificultad
Para Miguel Guerrero, especialista en conducta suicida, psicólogo clínico y Coordinador de Salud mental del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Victoria (Málaga) y responsable de la Unidad Cicerón de Prevención del suicidio, abordar conversaciones sobre salud mental con los hijos puede ser delicado, pero es crucial. Es importante estar atento a posibles señales de alerta que indiquen la presencia de algún trastorno psicológico en ellos. Para Guerrero hay algunos puntos clave apara tener una entrevista amable, honesta y cálida, pero directa, con los menores:

  • Establecer un ambiente de confianza. En primer lugar, los padres tienen que asegurarse de que el entorno sea cómodo y privado para que su hijo o hija se sienta seguro al compartir sus pensamientos y sentimientos, teniendo en cuenta que el vínculo de confianza se debe cultivar y nutrir desde el inicio de la crianza. Si nunca se ha tenido una conversación íntima, no se suelen preocupar por sus problemas o no se ha respetado su intimidad, es posible que el niño o adolescente no confíe en ellos cuando lo necesite. Deben cuidar este aspecto en el tiempo.
  • Fomentar la apertura. Los progenitores deben dejar a su hijo expresar sus emociones sin juzgar. Tienen que hacerle saber que es normal tener altibajos emocionales y que estarán allí para apoyarle. Pero no hay que contarle batallitas ni echar sermones o dar consejos sobre lo que hacían ellos cuando eran niño/a. Es importante validar sus sentimientos sin más. Menos hablar y más escuchar.
  • Escuchar activamente. Prestar atención a lo que tu hijo tiene que decir. Mostrar empatía y entender sus sentimientos, incluso si no se está de acuerdo con ellos.
  • Evitar la minimización. Los padres no deben minimizar ni menospreciar las preocupaciones de su hijo.
  • Educar sobre salud mental. Explicar de manera sencilla y clara qué es la salud mental, desterrando estigmas y mitos. Hacer hincapié en que es tan importante como la salud física y la social. Igual que se transmiten conocimientos e información sobre aspectos de la salud física, se puede enseñar a los hijos la importancia del cuidado de la salud mental.
  • Normalizar la búsqueda de ayuda. Informarles sobre la normalidad de buscar ayuda profesional cuando sea necesario.
  • Fomentar el autocuidado. Los padres deben enseñar la importancia del autocuidado, como propiciar un sueño adecuado, una dieta equilibrada y la práctica regular de actividades que les brinden placer y relajación.
  • Explorar soluciones juntos. Los progenitores les pueden preguntar qué les ayuda a sentirse mejor y animarles a establecer metas alcanzables.
  • Mantener la comunicación abierta. Establecer un canal de comunicación constante. Padres y madres deben decir que siempre están dispuestos a hablar con ellos sobre sus preocupaciones, sin importar lo pequeñas que puedan parecer.
https://elpais.com/mamas-papas/familia/2024-03-02/herramientas-para-mantener-conversaciones-sinceras-y-amables-pero-dificiles-con-los-hijos.html#Echobox=1709381624

El equilibrio entre el afecto y la exigencia, clave en la crianza de los hijos

 

Mostrar atención y amor a un menor nada tiene que ver con malcriarle, el niño o adolescente necesita consolidar relaciones afectivas sólidas y seguras que le ayuden a desarrollarse.

Las personas son seres afectivos por naturaleza. Si se pregunta a un adulto qué es aquello que más recuerda de su infancia, seguramente describa situaciones en las que sus padres o cuidadores habituales le mostraban algún tipo de afecto. Momentos en los que parecía que el tiempo se detenía y los problemas se hacían mucho más pequeños. Cuando un buen abrazo, una palabra o un beso tenían el gran poder de hacerle sentir mucho mejor. Muestras de cariño que eran capaces de calmar el dolor, de acompañar las emociones con mimo y ternura y de fortalecer el corazón.

Si hay algo que tienen en común todas las personas es que necesitan sentirse cuidadas y aceptadas para ser felices. No hay nada más reconfortante para un niño o adolescente que sentir que sus padres le acompañan con grandes dosis de afecto y paciencia. Que le educan con cariño y respeto aunque cometa errores, y le dan el tiempo que necesita para aprender sin miedo a equivocarse. Que dan respuesta a sus necesidades y le aceptan tal como es sin imponerle unas expectativas desacertadas.

A lo largo de la infancia y la juventud, el niño y el adolescente necesitan consolidar relaciones afectivas sólidas y seguras que le ayuden a desarrollarse en armonía, que le permitan crecer en un entorno de confianza en el que se sienta protegido y acompañado. Mostrar atención y amor a un menor nada tiene que ver con malcriarle. De forma muy equivocada hay quien piensa que besar o abrazar a menudo le convierte en una persona tirana que solo es feliz si consigue aquello que desea. El cariño es totalmente compatible con establecer normas y límites claros que le enseñen lo que debe o no hacer.

El cariño es imprescindible en el proceso de crianza, educar en el afecto es de vital importancia para un sano desarrollo personal, emocional y afectivo. El tono afectivo que rodee al niño determinará en gran medida su actitud ante la vida y la forma en la que se enfrente a las dificultades.

Un joven que crece en un ambiente estable y equilibrado tendrá más facilidad para interpretar su entorno de forma positiva y para construir un buen autoconcepto de sí mismo. Es más probable que se convierta en un adulto con una buena autoestima, segura, responsable, colaboradora y feliz. Tendrá una mayor capacidad de hacer frente a la frustración, para esforzarse por conseguir todo aquello que se proponga y enfrentarse con éxito a las distintas situaciones que le regale la vida.

En cambio, si crece en un entorno desagradable e inseguro, donde no se le da respuesta a sus necesidades y aspiraciones, se sentirá desconcertado y con muy poca confianza en sí mismo. Si se siente poco querido o acompañado reclamará la atención de sus padres constantemente de forma desajustada y mostrará muchas dificultades para relacionarse correctamente con otras personas con las que convive.

En ocasiones, las familias se obsesionan con el hecho de que sus hijos obtengan el mayor número de contenidos y habilidades posibles olvidando ofrecerles lo que más necesitan para su desarrollo. Un acompañamiento basado en la afectividad, la comprensión, la exigencia y el cariño sin medida que les facilite crecer sintiéndose apoyados. Una educación que esté basada en la paciencia, la presencia y la comprensión acompañada siempre con grandes dosis de arrumacos y mimos. Donde los besos y los abrazos se conviertan en el mejor instrumento para educar y las emociones puedan expresarse y mostrarse con libertad y sean acompañadas con mucho respeto.

Claves para educar en el afecto

  1. -Es imprescindible que el niño o adolescente se sienta querido y aceptado con sus defectos y sus virtudes. Que potencien su autoconcepto, autonomía e iniciativa personal para que sea capaz de tomar sus propias decisiones y se haga cargo de sus responsabilidades y consecuencias.
  2. -Las familias deberán encontrar el equilibrio entre la exigencia y el cariño, consiguiendo así que el niño o joven tenga confianza en sí mismo y se sienta seguro en su entorno. Establecer límites y normas claras y precisas ayudará también a que se sienta protegido.
  3. -Se deberá fomentar que identifiquen e interioricen sus sentimientos, y hablen de todo aquello que les preocupa o les interesa sin sentir que se les cuestiona o realizan sobre ellos juicios de valor. También que aprendan lo que es la empatía, a ponerse en el lugar del otro.
  4. -Conviene ayudar al niño o adolescente a asumir sus responsabilidades y a trabajar de forma constante felicitando sus esfuerzos. Basando el acompañamiento en la comunicación afectiva y el amor incondicional.

La forma en la que los padres y madres quieran a un niño o adolescente será la forma en la que se quiera él mismo. Un menor necesita muestras de afecto cálidas y afectuosas a diario, que pasen tiempo de calidad con él para escucharle sin prisas. Los besos, los abrazos, las caricias, las miradas cómplices y las palabras de aliento no pueden faltar en la educación. Como decía Platón: “Donde reina el amor, sobran las leyes”.

https://elpais.com/mamas-papas/expertos/2023-02-12/el-equilibrio-entre-el-afecto-y-la-exigencia-clave-en-la-crianza-de-los-hijos.html

sábado, 10 de febrero de 2024

Las actitudes machistas de madres y padres propician una crianza menos cercana y empática de los hijos

Las actitudes machistas de madres y padres propician una crianza menos cercana y empática de los hijos

Un nuevo estudio científico demuestra, por primera vez, que las actitudes sexistas de los progenitores se correlacionan con un comportamiento parental menos receptivo durante las interacciones con los niños y adolescentes.


La mayoría de ciudadanos europeos (84%) aprueba la idea de que un hombre realice las tareas del hogar en igualdad con su pareja o que se coja el permiso de paternidad para cuidar de los hijos, según datos del Eurobarómetro Especial 465 de Igualdad de Género de 2017, los últimos disponibles. Pero lo cierto es que las actitudes machistas —con diferencias claras entre países— siguen muy vigentes. Así, por ejemplo, un 43% de los europeos está más o menos de acuerdo con la afirmación “el rol principal de un hombre es llevar dinero a casa” y un 44% (más mujeres que hombres) con la idea de que “el papel más importante de una mujer es cuidar del hogar y de su familia”

¿Pueden estas actitudes e ideas sexistas tan arraigadas en muchos hogares predecir cómo será la crianza de los hijos? La respuesta es sí. Así al menos se desprende de los resultados de un estudio publicado en octubre de 2023, titulado Fathers’ and Mothers’ Sexism Predict Less Responsive Parenting Behavior During Family Interactions (El sexismo de padres y madres predice un comportamiento parental menos receptivo durante las interacciones familiares, en español). Llevado a cabo por investigadoras australianas, este estudio ha demostrado por primera vez que las actitudes sexistas y hostiles tienen consecuencias importantes para el desarrollo de los niños y las niñas cuando estos comportamientos machistas se dan en el seno de parejas con hijos.

Para llegar a esta conclusión, las autoras grabaron en vídeo 627 interacciones de 95 familias formadas por un padre, una madre y un hijo de 5 años. Esas grabaciones (en las que se analizó la calidez, la participación y la capacidad de respuesta de los padres y las madres ante las necesidades de sus hijos) tuvieron lugar tras completar los progenitores un cuestionario para evaluar sus actitudes respecto a afirmaciones como: “Las mujeres buscan ganar poder controlando a los hombres”, “Las mujeres exageran los problemas que tienen en el trabajo”, “Una vez que una mujer consigue que un hombre se comprometa con ella, por lo general intenta controlarlo” o “La mayoría de las mujeres no aprecian plenamente todo lo que los hombres hacen por ellas”. El resultado: los padres y las madres que se mostraban más de acuerdo con estas afirmaciones sexistas y machistas exhibieron un comportamiento parental menos receptivo durante las interacciones familiares, independientemente de si los hijos eran chicas o chicos.

“Este es el primer estudio que muestra que los padres que mantienen actitudes machistas se muestran menos receptivos en las interacciones reales con sus hijos. Si tenemos en cuenta que la capacidad de respuesta de los progenitores es la piedra angular de un desarrollo infantil saludable y desempeña un papel fundamental en el funcionamiento socioemocional, cognitivo y conductual a largo plazo, según estos resultados concluimos que el sexismo hostil probablemente dañará el desarrollo infantil”, explica a EL PAÍS Nickola C. Overall, profesora de la Universidad de Aukland y autora principal del estudio. Overall agrega que también observó cómo aquellas madres que consideran que los hombres deben desempeñar roles sociales de poder y poseer la autoridad en la familia mostraban un menor compromiso y capacidad de respuesta hacia los niños. “Estos hallazgos ilustran que también el sexismo hostil de las madres puede desempeñar un papel en las interacciones familiares y ser perjudicial para sus retoños”, sentencia. Para la investigadora, una de las fortalezas principales del estudio ha sido mostrar que mejorar la salud y el bienestar infantil está directamente relacionado con mejorar las actitudes que confinan a mujeres y hombres a roles específicos.

El psicólogo perinatal Máximo Peña, también autor de Paternidad aquí y ahora (Arpa), señala que los estudios pioneros llevados a cabo a finales de los años setenta del siglo XX por la psicóloga estadounidense Diana Baumrind ya mostraron el impacto negativo que un estilo de crianza autoritario podría tener sobre los niños y las niñas. “Sin embargo, no ha sido sino con el auge del movimiento feminista que se ha reconocido la estrecha vinculación entre autoritarismo y machismo”, subraya. Baumrind describió la crianza autoritaria como aquella en la que la norma es la obediencia absoluta de los hijos a los padres, principalmente a la figura masculina, un modo de relacionarse con la infancia que se basa en el control estricto, una alta exigencia y una baja afectividad. “Como se aprecia, el estilo autoritario no es otra cosa que la adaptación de una idea machista y patriarcal del hombre a la crianza”, defiende el psicólogo. “El impacto más evidente de una crianza bajo el influjo de las ideas machistas”, prosigue, “es la reproducción del modelo patriarcal en las generaciones siguientes, algo que se manifiesta, por ejemplo, en la anulación del mundo emocional de los chicos o, en el caso de las chicas, en el reforzamiento de roles y estereotipos de género”.
Sobre este punto incide también la educadora social y especialista en violencia de género Marina Marroquí, que señala otros estudios que han expuesto a parejas jóvenes, en teoría ajenas a los ideales machistas, a jugar con niños y niñas. Cuando lo hacían con ellas, la voz era más dulce e interactuaban con peluches y muñecas. Cuando lo hacían con ellos, sin embargo, la voz era más fuerte, había menos apego emocional y, en general, propiciaban juegos más movidos. “Esto viene a demostrar que esos sesgos ya desde la infancia hacen desarrollar inteligencias diferentes”, explica Marroquí. “Al final, cómo tú educas es cómo tú construyes a tu hijo o hija, por eso son tan preocupantes estas conductas machistas a la hora de educar, porque si tú tienes un comportamiento machista —aunque sea indirectamente—, los niños empiezan a interiorizar esos valores”, agrega. La educadora social apunta que, dado que la sociedad es machista, “todas y todos deberíamos revisar nuestros comportamientos a este respecto y educarnos a nosotros mismos para poder llegar a la verdadera igualdad”.

La autora de libros como Eso no es Amor: 30 retos para trabajar la igualdad (Destino), entre otros, resalta también que machismo y agresividad van unidos y que, aunque no se habla de una violencia directa hacia los hijos, esta crianza bajo el modelo patriarcal sí que implica inevitablemente una distancia emocional, un comportamiento seco y alejado con los hijos. “En los primeros seis años de vida, no tener esas conexiones emocionales puede generar un apego inseguro, ambivalente, que tiene muchas consecuencias a largo plazo en el desarrollo del menor, en su autoconcepto y en sus relaciones sociales”, argumenta.

“La crianza autoritaria es, en definitiva, un factor de riesgo para la salud mental”, coincide Máximo Peña. Para este psicólogo perinatal las conclusiones de la nueva investigación australiana ponen el foco en la importancia de dedicar todos los medios posibles a educar a la población en la igualdad de género: “Es una evidencia que, si la mayoría de los niños y de las niñas crecen en un ambiente familiar democrático en el que no haya una cabeza de familia, y el padre, al igual que la madre, se involucre en labores de cuidados y domésticas, aumentarán las probabilidades de que este modelo igualitario se extienda a las generaciones futuras”.

Fuente: 
https://elpais.com/mamas-papas/expertos/2024-01-24/las-actitudes-machistas-de-madres-y-padres-propician-una-crianza-menos-cercana-y-empatica-de-los-hijos.html#amp_tf=De%20%251%24s&aoh=17061034237255&csi=0&referrer=https%3A%2F%2Fwww.google.com&ampshare=https%3A%2F%2Felpais.com%2Fmamas-papas%2Fexpertos%2F2024-01-24%2Flas-actitudes-machistas-de-madres-y-padres-propician-una-crianza-menos-cercana-y-empatica-de-los-hijos.html




sábado, 11 de noviembre de 2023

¿Cómo elegir la mejor prepa para mis hijos?

 Cursar la preparatoria o el bachillerato es parte de una de las etapas más importantes por las que tu hij@ pasará, es el principio de un camino hacia la mayoría de edad, donde su aprendizaje en la toma de decisiones es la clave para lograr todo lo que se proponga a futuro, incluido un plan que le dé certeza a su vida universitaria, además de la personal

Habrá varias opciones de escuelas, pero vale la pena detenerse y analizar qué ofrece cada institución y cómo responde a tus expectativas y principalmente a las de tus hijos. Recuerda que es muy importante tomarte el tiempo necesario para analizar cada propuesta y que elijan la mejor opción en familia.

Estos consejos te ayudarán en la búsqueda para elegir la mejor prepa para tu hij@.

  • Habla con tu hij@ sobre las expectativas que tiene de su futura prepa.
  • Pregúntale adicional a la parte académica qué otras cosas le interesan aprender.
  • Escucha si tiene en mente estudiar en una prepa pública o privada y compartan abiertamente sobre las ventajas y desventajas.
  • Platiquen sobre la importancia de revisar costos (inscripciones, materiales, uniforme, transporte, etc.)
  • Plantéale la importancia de que tenga una buena calidad educativa, un plan de estudios alineado a alguna área del conocimiento para que en su último año sea orientado en la búsqueda de su carrera.
  • Conozcan cuál es la misión, visión y filosofía por la que se rige la enseñanza de cada preparatoria.
  • Analicen en conjunto cuáles son las escuelas cercanas a su domicilio y dentro de estas opciones cuáles son las que se acercan más a lo que buscan, para ir a visitarlas, conocer sus instalaciones y todo lo que ofrecen.
  • Hagan una lista de las preparatorias que cumplieron con al menos el 80% de las características que están buscando y posteriormente realicen un cuadro comparativo para decidirse por su mejor opción.
  •  Aprovechen este proceso para volverse más cercanos, podrás ver de cerca cuáles son sus intereses, principales preocupaciones y cómo se imagina esta etapa y él/ella aprenderá a ver más allá de lo que hay en su cabeza.
Es fundamental que en esta etapa en la que se trabajará en el desarrollo de su madurez, comprendan todo el esfuerzo que involucra para ambas partes el concluir una de las etapas más importantes de su desarrollo educativo.

sábado, 7 de octubre de 2023

Oferta Educativa Educación Media Superior

Este nivel educativo te ofrece una variedad de opciones, es importante conocerlas todas para elegir la que más adecuada.


Los estudios que siguen a la Secundaria son conocidos como Educación Media Superior, este nivel se divide principalmente en Bachillerato escolarizado y Bachillerato no escolarizado, y aunque existen otras opciones como bachillerato mixto, cursos de capacitación para el trabajo y para quienes tienen algún tipo de discapacidad, el concurso de COMIPEMS solo considera las opciones educativas que ofrecen el bachillerato escolarizado.

1.- Bachillerato General

En esta modalidad cursas las materias de tronco común más una modalidad propedéutica, las cuales te preparan para continuar tus estudios de Educación Superior para una licenciatura o ingeniería.

Características generales:
  • Ofrece educación de carácter general en diversas áreas, materias y disciplinas, a las cuales se da igual importancia en el plan de estudios: español, matemáticas, ciencias sociales, ciencias naturales, disciplinas filosóficas y artísticas.
  • Ofrece preparación para ingresar posteriormente a la educación superior (estudios de licenciatura o de técnico superior universitario) y por ello se dice que tiene un carácter propedéutico o preparatorio.
  • En algunas instituciones, el plan de estudios incluye cursos y talleres que proporcionan formación de carácter técnico.
  • Al concluir los estudios obtienes el certificado de bachillerato.
Escuelas que ofrecen este tipo de bachillerato:
  • Colegio de Bachilleres (Colbach)
  • Centros de Estudios de Bachillerato (CEB-DGB)
  • Colegio de Bachilleres del Estado de México (Cobaem-SE)
  • Preparatorias Oficiales y Anexas a Escuelas Normales (SE)
  • Preparatoria Texcoco (UAEM)
  • Escuela Nacional Preparatoria (ENP-UNAM)
  • Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH-UNAM)
  • Telebachilleratos Comunitarios (TBC-SE)
2.- Bachillerato Tecnológico

Esta opción cuenta con la modalidad bivalente, es decir, que puedes estudiar el bachillerato al mismo tiempo que una carrera técnica. Las materias iniciales que cursarás aquí son prácticamente las mismas que en el bachillerato general, por lo tanto, te preparan para estudiar una carrera profesional a nivel universitario; el resto de las materias son tecnológicas las cuales te prepararán como técnica(o) de nivel medio superior y se cursan junto con las iniciales.

Características generales:

  • Este tipo es bivalente, ya que se puede estudiar el bachillerato y al mismo tiempo una carrera técnica.
  • Las materias propedéuticas que se cursan son prácticamente las mismas que en el bachillerato general, por lo que se le prepara para estudiar una carrera profesional del nivel superior.
  • Adicionalmente, el plan de estudios incluye materias tecnológicas que se cursan junto con las antes mencionadas y éstas preparan para ser técnico de nivel medio superior en algunas de las especialidades que ofrece este tipo de bachillerato.
  • Cuando se concluyen los tres años de estudio se puede ingresar a la educación superior en instituciones universitarias o tecnológicas.
  • Al concluir los estudios, se obtiene el certificado de bachillerato y una carta de pasante (siempre y cuando se haga Servicio Social); una vez cubiertos los requisitos correspondientes y participando en alguna de las opciones que marca el Manual de Control Escolar, se puede obtener el título y la cédula profesional de la carrera que se cursó, registrados ante la Dirección General de Profesiones de la Secretaría de Educación Pública.
Escuelas que ofrecen este tipo de bachillerato:
  • Centros de Bachillerato Tecnológico Agropecuario (CBTA-DGETAyCM)
  • Centro Multimodal de Estudios Científicos y Tecnológicos del Mar y Aguas Continentales (CMM-DGETAyCM)  
  • Centros de Bachillerato Tecnológico, Industrial y de Servicios (CBTIS-DGETI)
  • Centros de Estudios Tecnológicos, Industrial y de Servicios (CETIS-DGETI)
  • Centros de Estudios Científicos y Tecnológicos (CECYT-IPN)
  • Centro de Estudios Tecnológicos (CET-IPN)
  • Colegios de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de México (CECYTEM-SE)
  • Centros de Bachillerato Tecnológico (CBT-SE)

3.- Educación profesional técnica

El Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep) ofrece la carrera de profesional técnico-bachiller, que incorpora en su plan de estudios la formación del bachillerato.

Características generales:
  • Ofrece educación de carácter especializado en un gran número de carreras o profesiones de nivel medio superior. Los egresados tienen demanda en la industria, la producción, la atención a la salud, el comercio, la administración, las comunicaciones, etcétera.
  • Al concluir estos estudios obtienes el certificado de profesional técnico-bachiller y la carta de pasante; posteriormente eliges una opción de titulación y obtienes el título y la cédula de la especialidad que cursaste, con el debido registro ante la Dirección General de Profesiones de la Secretaría de Educación Pública.
  • El certificado que obtienes es válido para continuar estudiando la educación superior.
Escuelas que ofrecen este tipo de Bachillerato
  • CONALEP

La educación media superior en el sistema educativo nacional.

 El Sistema Educativo Nacional está compuesto por los tipos: Básico, Medio Superior y Superior, en las modalidades escolar, no escolarizada y mixta.

La educación de tipo básico está compuesta por los niveles Preescolar, Primaria y  Secundaria.

El tipo Medio-Superior comprende el nivel de bachillerato, así como los demás niveles equivalentes a éste, y la educación profesional que no requiere bachillerato o sus equivalentes.

El tipo superior es el que se imparte después del bachillerato o de sus equivalentes. Está compuesto por la licenciatura, la especialidad, la maestría y el doctorado, así como por opciones terminales previas a la conclusión de la licenciatura, como los estudios de Técnico Superior Universitario. Comprende la educación normal en todos sus niveles y especialidades.



sábado, 24 de junio de 2023

Limitar el tiempo y otros consejos para evitar que tus hijos sean esclavos de la tecnología

 

Las familias son un elemento clave en la educación digital de los menores. Seis cosas que pueden hacer los padres para que niños y adolescentes aprendan a hacer un buen uso de móviles y tabletas.


Desde que las tabletas, los portátiles, las consolas y, especialmente, los smartphones llegaron a nuestra vida, hace ya unos cuantos años, nuestra forma de trabajar, comunicarnos, consumir e interaccionar con nuestro entorno ha cambiado radicalmente. Vivimos conectados casi las 24 horas a los dispositivos. Sin ser muy conscientes de ello, los consultamos de forma casi constante. Al levantarnos, mientras comemos, cuando caminamos por la calle, esperamos a alguien o incluso cuando compartimos sobremesa con amigos y familiares. Cualquier pretexto es bueno para echar un vistazo rápido a una notificación o enviar un mensaje a alguno de nuestros contactos.

Estos instrumentos móviles se han convertido en un elemento imprescindible e indispensable para la mayoría y nos han aportado muchas cosas positivas a nuestras vidas: nos permiten trabajar desde casa, jugar en línea, comunicarnos con nuestros seres queridos desde cualquier punto del mundo o acceder a cualquier tipo de información.

Pero pasar demasiado tiempo conectados a estos terminales, o hacer un mal uso de ellos, provoca consecuencias negativas tanto a nivel físico como mental. Si los utilizamos en exceso y sin ningún control puede conllevar adicción, problemas asociados con el sueño o la visión, sedentarismo o baja autoestima, en el caso de que en las redes sociales no se obtengan el número de seguidores o Me gusta que se desea, por ejemplo. Los niños y adolescentes no están exentos de padecer estos problemas porque están creciendo en un mundo digital que les envuelve y domina. Muchos de ellos pasan demasiado tiempo conectados a internet sin un control adecuado por parte de sus adultos de referencia.

Un empleo descontrolado de la tecnología puede provocar también en los hijos aislamiento, irritabilidad, estrés, bajo rendimiento académico y afectar directamente a sus relaciones sociales. El abuso de los dispositivos tecnológicos exige inmediatez, provoca hiperestimulación y dificulta la tolerancia a la frustración, llegando a convertirse, en algunos casos, en una golosina emocional que calma o esconde emociones como la tristeza, la ira, la inseguridad o el miedo.

La solución para que los niños y adolescentes hagan un buen empleo de sus dispositivos no pasa por prohibir de forma radical su uso. El objetivo de las familias debería centrarse en enseñarles a gestionarlos de manera adecuada y sana. Si desde bien pequeños aprenden a utilizarlos correctamente, las tecnologías pueden convertirse en grandes aliados para el aprendizaje, los momentos de ocio y el contacto con otros. Establecer unos hábitos saludables con los dispositivos tecnológicos es clave para evitar conflictos en casa o evitar el consumo de contenido inadecuado.

Claves para un buen empleo de la tecnología.

  1. 1.- Limitar el tiempo en función de la edad del niño. Un aparato electrónico nunca puede sustituir el tiempo que los padres pasan con sus hijos o convertirse en la única forma de ocio, distracción o contacto con otras personas. Elaborar un horario donde se establezcan los momentos en los que el menor puede emplear los dispositivos en casa ayudará a evitar el abuso y mal uso.
  2. 2.- Conocer y supervisar qué contenidos visualizan los hijos. Saber qué influencers o youtubers siguen para asegurarse que son adecuados para su edad y analizar qué impacto puede provocar en ellos. Además de utilizar herramientas de control parental, los padres y madres también deben estar informados sobre las aplicaciones que son útiles y educativas para niños y adolescentes, lo que permitirá poder orientarles correctamente
  3. 3.- Ser el mejor modelo de uso de las tecnologías que el niño pueda tener. Lo que el adulto haga con los dispositivos debe estar siempre en consonancia con aquello que quiere transmitir. Si el niño ve que su padre es capaz de divertirse, entretenerse y aprender a través de otras actividades y materiales que no sean virtuales, él también será capaz de pasarlo bien y disfrutar sin tener que estar conectado.
  4. 4.- Evitar usar las tecnologías para reducir el estrés, calmar un enfado o gestionar la frustración. Las pantallas no pueden tener la función de entretener las emociones del niño porque sería muy contraproducente para su desarrollo emocional. Un menor necesita que los adultos le enseñen a identificar y gestionar correctamente sus emociones.
  5. 5.- Crear en casa zonas libres de tecnología, fomentando así la cohesión familiar. Las comidas pueden ser un buen momento para compartir aquello que les preocupa, les ilusiona o les gustaría lograr; también para hacer planes conjuntos o hablar de temas que interesen a todos. Antes de ir a dormir también sería conveniente que no se empleen pantallas y los dispositivos pudiesen quedarse fuera de la habitación.
  6. 6.- Informar al niño y adolescente de los posibles peligros que puede comportarle un uso incorrecto de sus dispositivos, de la importancia de la privacidad y de mantener una actitud siempre respetuosa cuando se relacionan a través de las redes sociales. Es muy importante que los progenitores ayuden al niño a desarrollar su espíritu crítico para que sea capaz de analizar el contenido que consume.
La tecnología, las aplicaciones y las redes sociales ofrecen a los niños y adolescentes muchas ventajas y posibilidades, pero los padres y madres deben tener presente que los menores aún no tienen la madurez ni las competencias digitales necesarias para poder usarlas de manera responsable y segura. Por este motivo, las familias se convierten en un elemento clave en la educación digital de sus hijos. La solución no está en bloquear o prohibir, sino en educar para que tengan una experiencia saludable con la tecnología.


Fuente: https://elpais.com/mamas-papas/expertos/2023-06-22/limitar-el-tiempo-y-otros-consejos-para-evitar-que-tus-hijos-sean-esclavos-de-la-tecnologia.html#Echobox=1687445518-1

sábado, 22 de abril de 2023

Adolescencia: cómo gestionar una etapa clave donde hay que satisfacer necesidades contrarias

 

Este periodo suele ser sinónimo de desarrollo y actualización cerebral, pero tiene un precio: discusiones o incomprensión. Querer pertenecer a un grupo y, a la vez, ser diferente e independiente son objetivos de los menores


Adolescencia. Una palabra que no deja indiferente a nadie, ni siquiera a los propios adolescentes. Una etapa no exenta de conflictos con familiares, amigos y hasta con ellos mismos. La palabra adolescencia proviene del latín adolescere y quiere decir “florecer”, “crecer”. La adolescencia es sinónimo de desarrollo y actualización cerebral, pero como todo en la vida tiene un precio: discusiones, incomprensión, emociones intensas y algún que otro grito y portazo son aspectos que no les resultarán ajenos a los padres de hijos adolescentes.

El hecho de que seamos la única especie animal que al llegar a esta etapa no nos separamos físicamente de nuestros padres incrementa y aviva estos conflictos. Lo cierto es que el adolescente es un gran incomprendido. Frecuentemente son señalados, y creo que ahondar en esta etapa nos ayudará a comprenderles mejor y a amortiguar los efectos secundarios de este importantísimo momento de nuestro ciclo vital.

Son muchas las necesidades afectivas que tiene un adolescente, pero me gustaría centrarme en las cuatro necesidades que, a mi entender, son más relevantes para comprender y atender a nuestros hijos adolescentes.

1.- Necesidad de ser visto: el adolescente necesita ser foco de atención para asentar su personalidad, su forma de sentir y ver el mundo. Al igual que unos años atrás, cuando era niño, necesitaba que sus padres les prestaran atención cuando hacía un dibujo o alcanzaba algún logro, ahora es el grupo de iguales el que entra en escena para ver al adolescente. Por supuesto que las madres, padres y profesores siguen siendo importantes a la hora de cubrir la necesidad de ser visto del adolescente, pero ahora cobran mayor relevancia los amigos y colegas. Pasamos, por lo tanto, de una relación vertical (padres y figuras de autoridad) a una relación horizontal (amigos).

2.- Sentido de pertenencia: al hilo de la anterior necesidad, no solo necesitan ser relevantes para sus iguales, sino que necesitan pertenecer al grupo. Los adolescentes harán todo lo que esté en sus manos, por loco que pueda parecer, con tal de ser aceptados y pertenecer al grupo. En ocasiones, la vestimenta, las ideas políticas o determinadas prácticas no son más que intenciones dirigidas a pertenecer a un grupo. Somos una especie vulnerable desde antes de nacer y, por lo tanto, necesitamos de la protección de la manada. Ser aceptado e integrado por el grupo será sinónimo de protección y seguridad. De lo contrario, la integridad física puede verse seriamente en peligro. Esto se ve muy claramente en los casos de acoso escolar e intento de suicidio que parecen aumentar peligrosamente en los últimos años.

3.-Identidad: aquí viene una de las grandes paradojas de la etapa adolescente. A la vez que necesita pertenecer al grupo y diluirse en el anonimato de la masa, aparece otra necesidad muy potente que le empuja a diferenciarse de los demás, especialmente de sus padres. Necesita pertenecer a la manada que le dará protección, pero también hay una necesidad de sentirse único y aceptado como diferente. Por este motivo, puede aparecer en el adolescente una manera diferente, incluso radical, de vestirse, pensar, sentir y hacer en comparación con sus padres y la tendencia social actual. Estas dos necesidades contrarias llevarán al adolescente a una inevitable crisis existencial consigo mismo y con los demás.

4.- Autonomía: con esta gran crisis de valores y de personalidad encima de la mesa, el adolescente necesita, además, que sus padres y adultos de referencia le permitan separarse, no solamente físicamente, sino también emocionalmente, de ellos. Necesitan que confiemos en ellos y les empoderemos, aunque también es legítimo y hay que tener en cuenta nuestros miedos a la hora de soltar cuerda. Potenciar su autonomía y capacidad de hacer las cosas por ellos mismos es algo que debemos fomentar.

Estas son las cuatro grandes necesidades que debemos promover y cubrir los adultos en nuestros hijos adolescentes para que podamos decir que esta etapa ha sido suficientemente buena cumpliendo con su principal objetivo: tener un cerebro más preparado y adaptado para la vida adulta. Nuestros hijos adolescentes buscarán activamente satisfacer estas necesidades, aunque algunas de ellas estén en conflicto: quieren ser parte del grupo de amigos (integración), pero a la vez tratarán de diferenciarse de ellos (diferenciación). Es difícil entender y gestionar el hecho de querer satisfacer necesidades, no solo diferentes, sino contrarias. El adolescente estará dispuesto a pagar lo que sea necesario con tal de cubrirlas. Para el adulto será todo un reto y un arte tener que gestionar y atender de manera suficientemente buena estas necesidades en el adolescente.


Referencia: https://elpais.com/mamas-papas/expertos/2023-04-12/adolescencia-como-gestionar-una-etapa-clave-donde-hay-que-satisfacer-necesidades-contrarias.html